En el verano de 2021, con ya un año y medio de confinamiento encima, tuve la oportunidad de compartir un seminario de lírica mexicana de los siglos XX y XXI en la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, en México.
Digo compartir y no impartir porque el curso se construyó colectivamente; a mí me tocó proponer las estructuras que nos permitirían comprender la historia de nuestra poesía en ese periodo, pero las decisiones sobre qué información debía contener el curso, qué poemas leímos y qué dijimos sobre ellos fueron enteramente de los y las estudiantes que participaron en él.
Suena raro ¿no? Un docente dando opciones sobre cómo construir una historia de la literatura. Bueno, más o menos. Considero que no existe cosa tal como "la historia de la literatura" o "la historia de la poesía". Finalmente son relatos que nos contamos para decirnos alguna cosa y, como todo relato, siempre puede ser contado de diferentes maneras. Pienso que se aprende mucho más por exploración que por mandato, entonces, nos dedicamos a revisar textos literarios, a contrastar comentarios críticos, a hacer conexiones entre lo que leímos y el contexto histórico del momento en que se escribió ese poema y, al final, dimos nuestra propia lectura; leímos, conversamos, aprendimos porque exploramos.
Decidí proponerles unas bases en las que revisáramos los momentos que se han considerado fundamentales de nuestra poesía; a la vez, decidí también ofrecerles la posibilidad de revisar un conjunto de voces que desbordan el canon y nos permiten leernos de otra manera. Entonces, el grupo decidió tomar cada capítulo de esa historia que estábamos construyendo con muchísimo interés, mostraron imágenes, referencias, visiones críticas y, sobre todas las cosas, expresaron una extraordinaria voluntad de participar.
En momentos tan duros como los que vivimos por la pandemia, en momentos de tanta fatiga y tanto dolor, el grupo encontró la forma de escuchar poesía, de sentirla, y de hacerle decir cosas útiles para nuestro presente. Con sensibilidad y disciplina aprendimos también sobre la empatía y conocimos algunas formas en las que la lírica le puede ayudar al mundo a entenderse mejor.
Lo que leerás a partir de ahora es la historia colectiva que construimos sobre la poesía mexicana de los siglos XX y XXI. Hubiera preferido que estuvieras ahí y atestiguaras cómo fluyeron el conocimiento, las emociones y la voluntad para llenar esa gran hoja en blanco que teníamos enfrente; afortunadamente, pudimos rescatar una parte. Estas #postales que te vamos a presentar son el producto que logramos materializar de nuestra exploración y son nuestra manera de contar esta historia. Como dije, hay muchas formas de contar un relato; esperamos que ésta te guste y te anime a explorar.