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  • María Guadalupe Toledo Chí

Nadia Ñuu Savi


Nadia Ñuu Savi o Nadia López García. Letras que dicen "    Mi madre dice que tengo los ojos de mi bisabuela.      Recuerdo sus ojos mientras limpiaba maíz.      Muchas veces la vi llorar,"
Nadia Ñuu Savi. By Nereida González. Wikimedia. CC BY-SA 4.0

Nadia López García, también conocida como Nadia Ñuu Savi, nació en Tlaxiaco, Oaxaca, en 1992. Es una ensayista, promotora cultural, tallerista y poeta mexicana bilingüe tu’un savi-español. Obtuvo la beca literaria de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía del 2015 al 2017. Considerada como parte de los mexicanos más creativos del 2018 por la Revista Forbes, sus poemas han sido traducidos al inglés, al francés, al árabe, al catalán, al hindi y al bengalí (Editorial Herder México).


Estudió la Licenciatura en Pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, tiene estudios en Antropología Pedagógica, Educación Social y Pedagogía Social por la Universidad de Barcelona y estudios de Política Comparada de la Migraciones en el Master de Gestión de la Inmigración de la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona, España. Es egresada del Seminario de Radio y Comunicación Indígena por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Ha tomado cursos de guion cinematográfico bajo la tutela de Alejandra Moffat. (Editorial Herder México)


El pueblo Ñuu Savi, o como los españoles los llamaron desde el siglo XVI, la mixteca, son actuales habitantes de Mixtecapan, o Mixtlán, que según los nahuas, se autonombraron Ñuu Savi que significa "Pueblo de la lluvia" (Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, 2018).


En su poema “Ojos”, Natalia construye las siguientes imágenes:


Mi madre dice que tengo los ojos de mi bisabuela.
Recuerdo sus ojos mientras limpiaba maíz.
Muchas veces la vi llorar,
llorar cuando cocinaba,
cuando cantaba,
cuando ponía café.
Es cierto, le pregunté
¿por qué lloras tanto má?
Y ella me decía, así, sin dejar de llorar:
porque nosotras tenemos ríos adentro
y a veces se nos salen, tus ríos aún no crecen,
pero pronto lo harán.
Ahora lo comprendo todo,
ahora tengo ríos en mí
y en mis ojos.

Ntuchinuu

Me mayu kachi ñaa naan ntuchinuuu matzanu.
Ntakuiniyu nishikaa ntuchinui mini katsi ñaa nuni.

Keenchua ntisiniyu ña tsaakuña kuaku,
sansoo tsaakuña ta seei ncheei
ta kata,
ta skai cafe.

Nintakatuuñaa nuvaa
¿Sakunchuaku maa?

Kasha ña sicaso yuha inikó kuaku:
yeenu kanara
nchaa´ka kuanu yuchaku.

Vichi kuñaa nikunta ini yuu
Vichi sika yucha iniyu
ra me ntuchinuu.

En este poema, el yo lírico cuenta que su madre le dice que tiene los ojos de su bisabuela, pues ella solía llorar mucho y le explicaba que todas ellas tienen ríos adentro y que cuando crezca sus ríos también saldrán. Es ahí cuando se da cuenta que sus ojos ya tienen ríos.


Podemos ver que la bisabuela lloraba cuando limpiaba maíz, cuando cantaba o ponía café, es decir, cuando realizaba acciones cotidianas. En el poema no se menciona o se muestra de forma explícita ningún motivo como la tristeza, el desamor o la muerte, sino que la única razón es vaciar los ríos. Sobre esto último, es imposible no relacionarlo con el lugar de origen de la poeta, el pueblo Ñuu Savi, el Pueblo de la lluvia.


Por otro lado, el poema “Llueve”:


Llueve mucho, llueve toda la noche y todo el día,
llueve por dentro y por fuera.
Llueve y es tanta el agua que se ahogan las flores, los ojos,
las alas,
se ahoga el corazón.
Dice mi bisabuelo que cuando la ausencia es grande
los ojos se quedan sin brillo, muere el corazón
y un frío intenso nos cubre todo el cuerpo.
Por eso la sangre se vuelve agua y se nos sale por los ojos,
hasta que una queda vacía, así,
sin nada.
La ausencia que sólo se cura con el recuerdo del copal
con sol y con volver a caminar.

KUNSAVI

Kun chuua savi, kun ra ndu kun ra tzikua,
Kun ra ichí ini tzi yee,
Kuuá chuua chikui kooyo kitzá ichi ita, nduchinuu,
nchacha, kitzá ichi anayu, taa koi.

Kachi me patzanu taa ñinaa coo´, kuevii ika nduchinuu,
ntzii ana bitxi nchuua tzinuyu,
Nduu chikui nii kitzaa kan ara nuu,
Nkiindo iko, coo ka ñaa.

Taku kuachi inoo ra chicoo zutzá,
nicanchii tzi kakatucoo.

Hay que observar que la presencia del bisabuelo significa sabiduría; casi en medio del poema se lee: “dice mi bisabuelo”. Tal como sucede en algunas comunidades en México, lo que digan los y las mayores es casi una profecía, pues se cree que hablan desde la sabiduría y la experiencia. Entonces, el bisabuelo dice que hay una ausencia tan grande que está ahogando todo a su paso –cabe mencionar también que la palabra escogida es “ahogar” y no “inundar” –. Por otro lado, el vacío es tan grande que el corazón muere, pero no se queda así, pues hay un remedio que es el recuerdo del copal, el sol y volver a caminar.


No sólo nos está hablando de un vacío, sino de un vacío que se cura.


La poesía de Ñuu Savi es muy ingeniosa al traer estos elementos del agua y relacionarlos con el pueblo de la lluvia. Nos muestra que los temas del vacío, la lluvia y el llanto no necesariamente tienen un signo negativo, pues llorar no es sinónimo de algo bueno o algo malo, sino algo natural, algo que pasa y es tan normal como caminar o tomar el sol. No sólo lloramos de tristeza, sino que lloramos al poner café o cantar, podemos llorar por los recuerdos y por el vacío.


Esta muestra de su poesía hace confluir de manera muy ingeniosa los elementos del agua con el pueblo de la lluvia y auguran una de las obras más importantes de nuestra poesía en el siglo XXI.






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