El desenlace del siglo XX se caracteriza por: la lucha de los zapatistas en 1994, con la que pretendían reivindicar los derechos de los pueblos indígenas; el término del gobierno del PRI, quien estuvo al mando por más de siete décadas; la muerte del candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio; la devaluación del peso mexicano; y el incremento de los feminicidios, primero en Juárez, Chihuahua, luego en todo el país.
La poesía es una de las formas más apolíneas para demostrar sentimientos, emociones y sensaciones. Por ello, a lo largo del siglo XX se pueden observar diferentes grupos o generaciones que se ven marcados por la similitud entre su estética, sus temas, la métrica que usan, entre otros elementos. Sin embargo, ¿qué pasa con la literaria contemporánea? A finales del siglo XX se pudo observar un cambio en los nuevos poetas; ellos ya no pertenecen a ninguna generación. El trabajo de cada uno y cada una se distingue por la individualidad.
El arte de la poesía resulta ser una forma de manifestar los sentimientos, las preocupaciones y la ideología de cada autor y cada autora. No obstante, a finales del siglo anterior, este oficio se trataba de algo más que poder retratar reflexiones e ideas; Alejandro Higashi manifiesta que los y las nuevos poetas tienen la oportunidad y la necesidad de profesionalizar su oficio al interior de las instituciones para que se les reconozca su trabajo y su identidad, pues:
Como efecto de la sobrepoblación poética, la convivencia entre creadores parece centrarse en una competencia por la búsqueda de valores simbólicos que los identifiquen (como el grado de originalidad del proyecto personal o el número de actividades en su currículum) y no por la colaboración (lo que explica que falten manifiestos comunes y proyectos de grupo). Por esta razón, resulta difícil encontrar similitudes en la estética de los miembros de la misma generación, preocupados por crear una obra disimilar. (Higashi, 2014, p. 51)
Aquellos y aquellas poetas tienen el deber de publicar y comprobar su trabajo para poder recibir becas y apoyo del FONCA, el INBA, el CONACULTA o de organizaciones privadas como la FLM. De esta manera, esto nos remite al constante deseo de querer publicar textos, poemas y ser visibles dentro de las revistas académicas más importantes de la legión literaria. Por ello, resulta difícil englobar a todas estas personas, pues su trabajo no es similar.
Es decir, esta “nueva generación” –si se me permite decirle así– se enfoca en el campo literario como una labor de vida y una fuente de sustento; si nos remontamos a inicios del siglo XX, los poetas se distinguieron por pretender romper con los estigmas del Modernismo e imponer una nueva estética. Por otra parte, los Contemporáneos se caracterizaron por querer llevar su poesía a las fronteras del país y en sus temas se destaca lo lúgubre, el amor, la soledad, la muerte entre otros. Y los poetas del medio siglo se destacaron por hablar de temas de la urbanidad en el que reflejan su preocupación ante el crecimiento de las ciudades y las pasiones que se desatan en ellas.
Aunque los y las nuevas creadoras también se enfocan en el revuelo de la poesía, se inclinan por mostrarse originales ante cualquier trabajo anterior para que sea aceptado y le permita sobresalir en un mercado que gira en torno al aprecio editorial; además existe la sensación de deber cumplir con otras obligaciones, como una gran cantidad de libros publicados, entrevistas, congresos, etcétera. De esta manera, sus poemas ya no son visibles en periódicos, los poetas deben destacar en revistas, libros y ciclos de conferencias.
Ahora bien, una de las revistas en el que se puede observar la diferencia entre los dos siglos es Paréntesis, la cual fue dirigida por Aurelio Asiain, su primer número vio la luz en diciembre de 1999. El poeta pretendía reivindicar la literatura como el núcleo de esta revista sin deslindarse de la crítica. No obstante, la revista llegó a su fin tras la falta de lectores. De acuerdo con José María Espinasa esta tragedia se vincula con la sobrecarga de trabajo de los poetas:
La literatura mexicana ya no respondía a una actividad de grupo, colectiva, pues los escritores que llamaban la atención eran, en buena medida, absorbidos como fuerza laboral en las publicaciones ya existentes, lo que llevó a que la mayoría de los intentos por hacer revistas nuevas e independientes de los grupos de poder, fracasaran en los ochenta y noventa. (Espinasa, 2015, p. 348)
En un mundo centrado en el capitalismo, los nuevos poetas se distinguen por su individualidad, no por su trabajo en equipo. Y los lectores, quienes se encargan de darle vida social a la obra, están cada vez más ausentes.
La poesía del siglo XXI se ve marcada por la abundancia de ideas y la búsqueda por su reconocimiento, pues los y las nuevas poetas, al presentar expresiones novedosas, incluso revolucionarias, requieren de reconocimientos y estímulos para poder dedicarse por completo a este oficio, por lo que buscan un cambio visible para poder presentar su trabajo. .
Commenti